Tras la derrota del Barça el pasado domingo ante el Real Madrid, que dejan al cuadro azulgrana a un punto del liderato, han salido a la luz unas imágenes de Eder Sarabia, segundo entrenador del Barcelona, visiblemente enfadado con el juego de equipo y con la toma de decisiones de algunos futbolistas. Su reacción en el banquillo ha causado gran revuelo en los medios de comunicación, por lo que ha recibido algunas críticas. Sin embargo, no estoy nada de acuerdo con quienes reprochan su actitud.

Sarabia es una persona igual que todos y tiene el derecho a enfadarse si ve que las cosas no salen como estaban planeadas. En mi opinión, sus numerosos enfados en el Clásico no son más que el reflejo de cualquier aficionado culé. Yo, que soy aficionado del Barça desde que tengo uso de razón, soy el primero que critica o se enfada con los jugadores cuando las cosas no salen bien. Por lo tanto, Sarabia tiene todo el derecho del mundo en mostrar su disconformidad con lo que sucede en el césped. Su reacción es totalmente lícita, normal y natural, y todos los entrenadores del mundo también actúan con la misma vehemencia que el segundo de Setién cuando ven que las cosas no terminan de salir.

No en vano, es curioso que los medios filtren estas imágenes justamente cuando el Barça pierde el liderato. Como digo, estos gestos son totalmente normales y, casualmente, las televisiones están dando bola a unos hechos totalmente irrelevantes para crear desestabilización en el club. Además, también han salido noticias sobre que el vestuario está molesto con las formas de Sarabia y que esa no es la manera correcta de dirigir al equipo desde el banquillo. Estos jugadores llevan dos años y medio viviendo como han querido de la mano de Valverde, y ahora que llega un técnico con carácter, les molesta que les digan lo que tienen que hacer.

Es cierto que la plantilla del Barça ha ganado mucho y que Sarabia “no es nadie” dentro del mundo del fútbol. ¿Pero qué pasa, qué Sarabia no puede hacer su trabajo? ¿No puede dar órdenes? ¿No se puede enfadar si los jugadores no siguen con el plan establecido? ¿Cuál es la manera de dirigir el vestuario entonces, estar calladito, sentado en el banquillo y que los jugadores hagan lo que les dé la gana? Pues no. Hace falta una limpieza profunda de plantilla y traer nuevos jugadores que crean y hagan caso al cuerpo técnico. Ahora Setién no esta capacitado, dicen. Pero claro, Valverde, que les daba fiesta cinco días a la semana, era defendido a ultranza por los jugadores. Qué casualidad, ¿no?

No descarto que haya un intento de “cama” a Setién en el tramo de temporada que queda. Tener un vestuario acomodado tiene sus consecuencias. Pero yo, si tengo que decidirme entre jugadores y staff técnico, me subo al barco de Sarabia y Setién, del cual nunca me he bajado.

 

Adrià Regàs @arq1027

Colaborador

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